JOSÉ GERVASIO ARTIGAS (19 DE JUNIO DE 1764 - 23 DE SETIEMBRE DE 1850)
23 de septiembre del 2022
En ocasión de un nuevo aniversario del fallecimiento de José Gervasio Artigas, desde la Biblioteca del Poder Legislativo, queremos resaltar aspectos de su vida particular, que nos permitan conocer más sobre su persona, principalmente su infancia y adolescencia, más allá de su rol militar y político, que suelen ser los más conocidos y difundidos.
Nació el 19 de junio de 1764, probablemente en Montevideo según lo constatan la mayoría de las fuentes. Sus padres, Martín José Artigas Carrasco y Francisca Antonia Pascual tuvieron seis hijos, siendo José Gervasio el tercero. Desde pequeño, todos lo conocieron como Pepe.
Con poco más de siete años, asistía a una escuela de un nivel muy similar a la que habían concurrido sus padres y tíos, con maestros jesuitas y franciscanos. Físicamente, era de complexión más bien débil, de cutis blanco, ojos claros, poco cabello lacio y rubio. De personalidad muy sensible, solía hacerse amigo de personas muy humildes.
Es indudable la influencia que gauchos y negros tuvieron en su infancia. Al igual que todas las familias de la época, la suya tuvo esclavos, pero a diferencia de otras, cumplieron un rol relevante en la vida familiar. Artigas conoció de cerca las historias de venta y explotación de esclavos, siendo esta cercanía con gauchos y negros, un gran aprendizaje para él. De igual modo y más que la escuela, la vida en el campo, le enseñará aspectos esenciales. Sus primeros años de vida los pasó en la ciudad y en la chacra de su padre, ubicada junto al arroyo Carrasco.
A los doce años se trasladó al campo, en tierras pertenecientes a su familia. La vida en el campo y el contacto cercano con los gauchos, lo llevaron a asimilar mucho más sus costumbres que las de la vida en la ciudad, adquiriendo gran habilidad en las tareas rurales.
De carácter inquieto y travieso, fue “mitad campesino, mitad ciudadano”, “un gaucho entre los gauchos y un ciudadano entre sus iguales” en palabras de Jesualdo (1944, p. 25). Desde joven, su presencia inspiraba simpatía y respeto; no era muy comunicativo, su carácter era más bien el de un hombre triste y algo solitario en sus pensamientos. Demostró una gran destreza en el enfrentamiento de las luchas campesinas, en el manejo del lazo, las boleadoras y con el caballo.
Los documentos de la época y los testimonios que en ellos se recogen sobre sus años de juventud, no son claros, y en ocasiones se contradicen. En este sentido, algunas fuentes demuestran su participación en faenas clandestinas y en actividades de contrabando. Asimismo, considerando el contexto histórico y como era común en la vida de campaña, no debe dejar de considerarse que, siendo una persona de campo, actuara en contra de los intereses de la Corona, para defender los suyos y los de su familia.
En lo que respecta a su vida amorosa, se constata que mantuvo varias relaciones estables con mujeres; teniendo 13 hijos con 7 mujeres diferentes.
Hacia 1800 se visualiza a un Artigas maduro con una gran actividad en el Cuerpo de Blandengues. A partir de 1803 sus problemas de salud lo obligan a solicitar el retiro, el que es otorgado en 1805. Pese a ello, seguirá vinculado al cuerpo durante varios años, hasta 1811, cuando se integró a las luchas revolucionarias.